En la playa veo a gente caminando a través de la playa, tratando de aparentar caminar con determinación, atléticamente, a pesar de bañadores sosos y pectorales caídos, tratando de aparentar que se dirigen hacia algo importante. Pasan al lado tuyo paralelos a la orilla, cruzando la playa, y no te importa si volverán a bajarla. Podrían caerse en un agujero en la arena y pudrirse ahí y no te preocuparías por su paradero durante tu próxima meada marina.
Pero hay un caminante cuyo regreso me importa, que brilla con mayor intensidad en el cielo diurno, y se trata del Cometa Jordi. Jordi no mira distraídamente al horizonte cuando está en movimiento, su mirada está clavada fijamente en un libro, con una determinación rayana en la furia, leyendo mientras camina pasando frente a mi observatorio playero. Lleva una gorra de béisbol, pero la gira hacia el sol, dándole a su cabeza un aspecto retorcido.
Apropiado, dado que la órbita de Jordi se desvía de algunas de las nuestras. Mis investigaciones astronómicas pueden informar al respecto. Tiene que haber sido ahí por la quinta vez que Jordi se había hecho visible a mi ojo desnudo que reuní los medios necesarios para enviar una sonda a estudiar este pequeño cuerpo del sistema solar.
Primero pregunté qué estaba leyendo. Literatura española medieval, centrada en la conquista de alguna cosa por parte de algún monje. Preguntas sucesivas acerca de mecánica física revelaron que es el movimiento lo que le permite a Jordi absorber de manera más efectiva el contenido de las páginas. Caminar mejora su concentración, y mantiene este estado a lo largo de la longitud de la playa, que suma unos buenos 3 km en cada sentido, permitiéndole pasar horas en profunda concentración, haciendo de él, por esta razón y las que siguen, el lector más dedicado del universo.
Sondas posteriores han establecido canales de comunicación de confianza entre mi observatorio y Jordi.
Favorece los clásicos de la literatura española. Dramas humanos en un alto lenguaje de tiempos pasados. Habla de ellos con intensidad. Bueno, habla con intensidad de todo, el ceño fruncido permanentemente, los brazos cruzados en vez de abiertos al vacío.
Obviamente, nos sumergimos en conversaciones filosóficas. Obvio.
Hablamos de integridad artística. Es escritor, favorece un lenguaje complejo, astronómicamente denso. Sus textos nebulosos tienen más palabras y capas de significado que granos de arena bajo sus pies desnudos. Encuentro su prosa, o cola de cometa, impenetrable. ¿No debería ser accesible la escritura de uno a los lectores de buena voluntad? “Que se las arreglen”. El cometa Jordi no compromete su trayectoria.
Hablamos de autonomía. Los cometas viajan solos. Una vez mencionó tener otro conocido en el pueblo, y supongo que ese llega a ser el alcance de su constelación. Enfatiza la importancia de tener su propio espacio (en el espacio ultraterrestre). El mar de la serenidad interna de Jordi se deriva de su autosuficiencia, no de nada que dependa de otros cuerpos del sistema solar.
Hablamos de relaciones. Desconfía de las mujeres, cuyas atracciones gravitacionales sólo sirven para perturbar su trayectoria, restringiendo su movimiento, tirándolo a la tierra. Agujeros negros de tentación. Cuerpos celestes en busca de un satélite privado, grilletes escondidos bajo sus superficies. No chocará con una de ellas, al menos no deliberadamente, y pisar a alguien bronceandose no cuenta como colisión.
Los cometas son una piedra congelada. Los cometas ostentan su libertad. Atraviesan mi playa dos años luz por arriba del o al nivel del mar, como para infligir una laceración ligera y vengativa sobre el espacio vacío que los desengañó.
He considerado si Jordi podría ser simplemente producto de mis instrumentos ópticos potencialmente defectuosos o de mi mirada estelar soñadora. Pero otros observadores independientes, uno de ellos una psiquiatra con la que salí y que invité a mi observatorio, han confirmado su existencia. E insinuado mi concentricidad.
Algunos cometas pueden tardar hasta 30 millones de años en completar un viaje alrededor del Sol. Probablemente me llevaría menos si me levanto temprano mañana. Tal vez atrape a Jordi. Tal vez seré como Jordi. No es ciencia especial.
Twinkle, twinkle, comet Jordi. I might join you when I’m fourty